El programa « pacto Generacional » o « pacto intergeneracional »  no es un principio filosófico. Es cierto que, para EINSMER, es un modo de entender la organización e identificar los activos de experiencia y conocimiento. Pero también, es un conjunto de acciones que pretenden poner en valor la importancia de seguir contando con las personas mayores, para establecer, mecanismos de « solidaridad intergeracional conscientes », no « mecánicos » como los actuales.  
										
											Esto significa, por ejemplo, no ampliar la edad de jubilación por decreto, en lugar de  promover la continuidad de la actividad laboral de las personas mayores reformulado el papel que, en un determinado estadio de su vida, pueden jugar.  No debemos seguir, necesariamente, más años haciendo lo mismo.
										
											Es posible, por ejemplo, que una persona mayor pueda aportar más en la formación profesional –estableciendo el modelo de transferencia adecuado en cada caso- que en la función laboral que desarrolla en edad de pre-jubilación.
										
											Profundizar en  la idea garcineniana –de García-Nieto Paris- de reformular nuevas ocupaciones socialmente útiles y económicamente viables que favorezcan la transferencia intergeneracional de experiencia vital y profesional. 
										
											El acto de prejubilar no debe ser una carga para el Estado y las organizaciones. Con esta finalidad promovemos en 1995 el modelo de jubilación flexible, en el marco de la Comisión no permanente del Pacto de Toledo sobre las pensiones.  Pero siempre un modelo de « jubilación flexible » apoyado por un Plan Estratégico modelable y que seguimos reivindicando en la actualidad
										
											¿Por qué? –de ahí ser conscientes del acto de solidaridad intergeneracional- porque hipotéticamente parece razonable que si las personas somos dignificadas –y no jubiladas en su acepción peyorativa- el sistema productivo y de sociedad que nos hemos dado, mejorará. Tan solo porque el Sistema no es un orden, es la suma del estado en el que se encuentran las personas que lo forman.
										
											Y esto quiere decir, que una parte sustancial de los costes del sistema de salud y de pensiones se optimizará. La economía local –microeconomía o economía de nuestro bolsillo-, en consecuencia mejorará; la educación y la productividad en nuestras empresas aumentará –mejor capacidad de competencia de las personas y nuestras organizaciones-, … 
										
											Merece entonces la pena continuar a nivel de Estado y Estados, un Programa como el Pacto Generacional.